En la historia del México post revolucionario hay una realidad: priístas y panistas se acusan aguerridamente de los errores, fracasos, incapacidades y corruptelas, en una guerra verbal que tiene como objetivo el que ni el uno, ni el otro, ocupen la silla presidencial en diciembre del 2012.
En vísperas de cumplir cuatro años como Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa mostró un ánimo y enjundia renovados. En un denominado Encuentro Ciudadano --y al que asistieron únicamente viejos y nuevos panistas--, llamó a ir por más y a “evitar la tragedia de que retorne lo antiguo, viejo, autoritario y opresivo”.
Se mostró renovado, pero también benévolo, porque al hacer un balance de los diez años de administración federal panista,--incluida, por supuesto, la gestión de su antecesor Vicente Fox--, resaltó que ha privado democracia y humanismo.
Renovado, benévolo y… optimista porque dijo que los panistas “vamos por más, porque México no se merece quedar varado a la mitad del camino del cambio democrático que hemos emprendido y, mucho menos, la tragedia de regresar a lo antiguo, lo autoritario, a lo irresponsable.
Sí, porque en el cónclave ciudadano-panista, Felipe Calderón habló de la responsabilidad que un Presidente de la República tiene con la sociedad. Resaltó el compromiso de resguardar libertad y Estado de derecho porque “lo viejo representa pobreza, corrupción y simulación”.
Quizá para no anticipar o quemar lo que está obligado a consignar en su Cuarto Informe de Gobierno, Felipe Calderón omitió precisar los detalles del cambio que ha representado para los mexicanos los diez años de administración panista.
O, más concreto aún, los cuatro años que cumple como jefe del Ejecutivo. Nada, salvo unas cuantas líneas a lo que él mismo considera es lo más relevante de su administración: un nuevo parte acerca de los logros que ha tenido en la guerra contra el crimen organizado.
Hay quienes comentan que el calderonismo, más que informe de gobierno, esta en posibilidades de rendir un parte de guerra del que las fuerzas gubernamentales no resultan tan bien paradas. Detenciones y decomisos, aquí y allá. En prácticamente todo el territorio nacional. Mucha, muchísima droga incautada y mucho narco caído o purgando sentencia en cárceles del país o… de Estados Unidos.
El caso es que, después de 70 años de priísmo y 10 de panismo, ambos entraron de lleno en una imparable escalada de culpabilidades mutuas, que no resuelven el atraso, los rezagos, los pendientes, las graves deudas que los gobiernos, de ambos partidos, tienen con los mas necesitados.
Las fuerzas políticas organizadas están a la defensiva. Más que éxitos tienen culpabilidades y acusaciones mutuas lo que abona la división, el enfrentamiento y el agudizamiento de los problemas.
El panismo, con el presidente Calderón a la cabeza, harán lo posible, y hasta lo imposible, para impedir el regreso del PRI a los Pinos.
Entraremos de nuevo a otra guerra sucia, que lo será con toda seguridad mayor, a la del 2006, porque la lucha es por el poder, sin matices.
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