Ha hecho bien el gobierno Calderonista en suspender su informe cotidiano de resultado de muertos por la guerra al narcotráfico y al crimen organizado.
De acuerdo a las tendencias estadísticas el número de fallecimientos hace semanas que habría sobrepasado los 30 mil, pero ni las Secretarías de Gobernación, Seguridad Publica o las de Defensa Nacional o Marina han vuelto a informar al respecto.
Sin embargo, la lectura de los hechos a la que son asiduos analistas internacionales, quienes califican competitividad, gobernabilidad y viabilidad como país, están manifestando que lejos de avanzar, el gobierno muestra su debilidad todos los días.
En el mundo se habla de México sólo para informar de los hechos violentos que ocurren todos los días en el territorio nacional.
Inclusive, aquellos que suelen viajar por el mundo, rechazan la posibilidad de hacerlo a México, no obstante las ventajas de precios que ofrecen muchos de sus destinos más conocidos, pero cuyo prestigio ha sido afectado por las campañas gubernamentales de propaganda acerca de su embate contra la ilegalidad.
Hay otro hecho preocupante: el que las grandes organizaciones empresariales nacionales y extranjeras han incrementado su gasto en seguridad y prevención de lo que llaman pérdidas.
La información al respecto dice que "Ejecutivos de Alfa, Grupo México y Chedraui” reconocieron que sus respectivas empresas sufren el embate de la delincuencia, lo cual las ha obligado a invertir más en seguridad, así como a reorganizar rutas y la forma de exhibir y vender productos.
No es un hecho menor, pues revela cómo repercuten las políticas públicas en el comportamiento de los negocios. El hecho de que las empresas deban elevar costos en rubros como seguridad o pérdidas, repercute en el precio de los productos o servicios al consumidor.
Hay otro acontecimiento que esclarece la tendencia y del que es muy probable que el secretario del Trabajo, Javier Lozano, saque provecho político y haga un reconocimiento a su colega de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván, por encabezar a una de las instituciones que más empleos creará en los próximos meses, gracias al aumento presupuestal que le otorgará el Congreso de la Unión.
La Sedena será autorizada a emplear 10 mil nuevos soldados que engrosarán las filas del Ejército mexicano y aumentar la fuerza física para combatir al crimen organizado.
Ayer mismo, el presidente Felipe Calderón viajó al Oriente para participar en encuentros multilaterales de alto nivel. Como jefe de Estado insistirá en los resultados de la cruzada contra el crimen organizado y el narcotráfico, porque otros rubros como crecimiento, empleo, educación o infraestructura se han dejado de lado.
Su otro tema, que no tendrá cabida en estos días de viaje, salvo que los periodistas mexicanos que lo acompañan lo aborden, será el de la elección del presidente del PAN, porque ahí va implícito el tema de la sucesión presidencial del 2012.
En ambos, la cabeza del gobierno actual centra gran parte de su capacidad y atención. Ambos son temas desgastantes, aparentemente costosos y perdedores porque obnubilan y distraen la atención de lo que verdaderamente importa: casa, vestido y sustento, o mejor dicho salud, educación, empleo y desarrollo para los mexicanos. Y al final el resultado puede ser ni lo uno, ni lo otro, como se conoce ahora a la generación "nini".
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