Un reportero se lo preguntó directamente y con sus ojos cansados que no perdieron brillo ni agudeza, tan pícaros como los de Carlos Salinas de Gortari, miró fijamente, sonrió y se dio la media vuelta. No dijo no, ni dijo si.
Diego Fernández de Cevallos fue liberado del plagio en el que estuvo desde el 14 de mayo de este año. Siete meses y seis días después de perder la libertad reapareció en la Ciudad de México y, de inmediato, se hizo de los espacios mediáticos que le pertenecen para mostrarse con ese halo de luz que sólo dan la reflexión y el sufrimiento.
Como viejo profeta se mostró sabio y prudente. Perdonó públicamente a sus secuestradores como buen cristiano, pero salvó a la República de ese gesto personal, para que se cumpla con la ley.
Es decir, el jefe Diego está bien frente a Dios y aprovecho y quedó bien ante el César.
El Jefe está "débil, pero fuerte" fue como Joaquín López-Dóriga describió el semblante del ex candidato presidencial, en exclusiva para Primero Noticias, de Televisa, al ganar otra noticia.
Señaló que el ex aspirante presidencial en 1994, y ex senador "está en casa, está sano, está a salvo y, lo más importante, está libre".
Fernández de Cevallos, de 68 años, fue candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia en las elecciones de 1994, en las que perdió frente a Ernesto Zedillo, y ha sido uno de los personajes más influyentes en su partido y en la política mexicana en las últimas dos décadas.
Fue secuestrado el 14 de mayo cerca de su hacienda "La Cabaña" en el estado de Querétaro (centro) por un grupo autodenominado "Misteriosos desaparecedores", según se dieron a conocer en al menos cuatro comunicaciones que mantuvieron durante los más de seis meses de cautiverio.
Los medios de comunicación, encabezados por Televisa decidieron coadyuvar con la familia Fernández de Cevallos y con el gobierno evitando especulaciones respecto al secuestro y negociaciones con los plagiarios y el silencio mediático borró cualquier vestigio del "Jefe", salvo mensajes esporádicos distribuidos en este largo lapso.
Sin duda, con todo y su contradictoria debilidad y fortaleza actual, "el jefe" alcanza su destino. Voluntariamente u obligado por el gobierno de Vicente Fox que vio en él una permanente amenaza tomó distancia de la política, que hoy lo vuelve a alcanzar.
También la Presidencia de la República fue en algún momento un destino posible, que puede ser otra vez una parada próxima en su futuro.
El "jefe" Diego no estuvo preso por razones políticas como le ocurrió en Sudáfrica a Nelson Mandela, quien de la cárcel avanzó directamente a la presidencia de su país.
Puede ser ese un camino en el horizonte del "jefe" no saliendo de la cárcel pero sí de la privación ilegal de la libertad por la que él tanto ha luchado, sobre todo de palabra.
Diego esta libre, pero además, vivito y coleando, sobre todo en la política, hoy cuando a los 68 años aún se está en plenitud de capacidades. Si no, ahí está Mario Vargas Llosa, que tiene 74 y todavía da mucho.
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