lunes, 13 de diciembre de 2010

Lopezobradorización de Santiago Creel

A 82 semanas de las elecciones para elegir Presidente de la República para el periodo 2012-2018, Santiago Creel Miranda, panista de alcurnia, competidor oficial del foxismo contra las prematuras aspiraciones presidenciales de Felipe Calderón Hinojosa, se convirtió desde el domingo en "el hijo desobediente" del panismo y emula a su adversario Andrés Manuel López Obrador, al anticiparse a todos (y a todas, diría Fox) en su antigua aspiración de ser el "jefe de jefes" del gobierno federal mexicano.

Por amenazas y advertencias a sus contendientes (propios y extraños) no paró:
Exigió al panismo, por supuesto se refiere al presidente Felipe Calderón, "cancha pareja". Es decir, pide igualdad de oportunidades para quienes, desde el PAN, aspiren a la primera magistratura del país.

Creel sabe bien lo que pide. Si por Vicente Fox y su esposa Martha Sahagún hubiera sido, quien hoy sería el jefe de la magistratura nacional sería, ni más ni menos, que quien se lanza como precandidato a la Presidencia de la República por el PAN.
Ya desde el foxismo se hizo todo lo posible por pavimentarle el camino a Santiago Creel, pero su mediocre y pobre desempeño al frente de la Secretaría de Gobernación impidió que ni "con los dados cargados" a su favor se hiciera de la candidatura blanquiazul.
Las crónicas periodísticas de la fiesta de su cumpleaños número 56 narran el ambiente de fiesta que enmarcó su autodestape. Dice el Universal, en la nota de Leticia Robles de la Rosa:
"El senador Santiago Creel se declaró ayer listo para arrancar su campaña por la presidencia de la República, pidió a sus seguidores trabajar juntos para lograr la candidatura del PAN y advirtió que vencerá a Enrique Peña Nieto y al perredista Marcelo Ebrard Casaubón.
"Reveló que el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, le anticipó que la cancha en el partido va a estar pareja y el árbitro va a ser imparcial. Es lo único que pido, que haga un proceso interno bien hecho, neutral en lo que es el manejo de la dirigencia y que quienes decidan contender en la interna lo hagan lo más pronto posible". Requerimos un partido fuerte, una contienda que permita fortalecer todos los liderazgos, no solamente el candidato a la Presidencia sino los que tendremos en esta ciudad y por supuesto en las delegaciones, las senadurías y las diputaciones. Requerimos ponernos en movimiento ya, esa es la convocatoria a mi partido, con un proceso bien organizado, bien llevado, para que podamos defender lo que somos los panistas.

Creel sabe bien lo que pide, porque es justo lo que se negó a Calderón. Aplica el dicho de "hágase la voluntad de Dios, en las mulas de mi compadre", es decir que lo que aprendió a hacer el PAN en materia de sucesión presidencial, no lo realice ahora. "Para mí entre más abierto mucho mejor. Yo creo que debemos convocar al mayor número de ciudadanos, que puedan votar por el candidato de Acción Nacional. Por supuesto que la militancia, adherentes y yo, estaría por una elección más abierta".

O sea si estamos ante un nuevo Creel que, o asume el papel de "hijo desobediente" o muestra una supina ingenuidad, porque ni modo creerle que, nada más porque él lo pide, los secretarios de Hacienda y Crédito Público, Educación Pública, Desarrollo Social y hasta el de la Reforma Agraria, salgan ahora mismo y digan "si, por supuesto, yo quiero ser precandidato a la Presidencia de la República.

Desde los Pinos, hubo quien comentó que Santiago hace bien en ser demócrata, pero no es para tanto.

Mientras tanto en el despacho del jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y en el del gobernador Peña Nieto en Toluca, las carcajadas todavía se oyen acerca de las expresiones del ex secretario de Gobernación y actual senador de la República. Lo menos que dicen allá es "se foxizo" o por lo menos "se lopezobradorizó".

Creel ya andaba en campaña desde hace tiempo, pero hasta ahora hizo oficial su aspiración. Respondió de inmediato a la demanda de su dirigente nacional, Gustavo Enrique Madero, que dio la voz de ¡arranquen! y él ni tardo ni perezoso se lanzó. Ojalá haya red abajo.

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