Sorprendió que el domingo pasado,hubiera una manifestación en Apatzingán, Michoacán, que culminó con la expresión de ciudadanos que abiertamente publicitaron su simpatía o adhesión a individuos como NAZARIO MORENO, El Chayo, quien murió encarando a las fuerzas federales. Exhibieron cartulinas con declaraciones como “Nazario vive en nuestros corazones” “Viva la Familia Michoacana”.
Para entender esta actitud, hagamos referencia a un extenso reporte preparado para el Instituto de Estudios Estratégicos (ISS) del Colegio de Guerra del Ejército estadunidense, el cual señala que La Familia Michoacana es “uno de los más extraños y mortíferos cárteles del mundo”-
Afirma, que esta organización criminal, hace hincapié en sus tendencias religiosas y reclamos de defensa de la dignidad y bienestar de Michoacán y los michoacanos.
El autor del estudio, GEORGE GRAYSON, escribió: “En contraste con Los Zetas y otros capos mexicanos, los líderes de La Familia —especialmente el ahora fallecido Nazario Moreno González, El Chayo, están religiosamente obligados a niveles que se acercan a un celo mesiánico.
En el documento, bajo el título La Familia, Cártel de Drogas: Implicaciones para la Seguridad de Estados Unidos y México, el autor menciona que el grupo, que se ha extendido a estados vecinos de Michoacán y mantiene una alianza con el cártel de Sinaloa, ha logrado establecer lo que se define como una “doble soberanía”.
Según GRAYSON, “esto significa que paralelamente al gobierno electo, -en Michoacán- se encuentra una narcoadministración que genera empleos (en el cultivo y el procesamiento de drogas), mantiene el orden (represión de cárteles rivales), realiza funciones sociales (repara escuelas e iglesias), cobra impuestos (extorsiona a empresarios) y vigila a los recién llegados”.
La Familia en todo caso rechaza el término de cártel y busca presentarse como una organización de servicio a la comunidad, como la Cruz Roja o el Ejército de Salvación, que ayuda a quienes tienen necesidad.
Añade el texto que los jefes del grupo declaran que “todos los miembros son michoacanos, lo que fortalece el espíritu de comunidad, y enarbola credenciales nacionalistas”.
Por otra parte, el informe refiere que lo líderes, Biblia en mano, “reclutan jóvenes de centros de rehabilitación, y aquellos que muestren aptitud para la violencia son llevados en grupos de 40 a un área silvestre conocida como Jesús del Monte, donde se les ordena matar, descuartizar y cocinar a 15 víctimas para demostrar que no temen matar inocentes ni tienen asco de manejar partes humanas sangrantes”.
Ante todo esto vale preguntarse ¿México está en camino de convertirse en un estado fallido?
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