Con sus informes de gobierno, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto acaban de dar una probadita de lo que el mundo de la política mexicana puede esperar para el decisivo 2012.
Ya este año panistas y perredistas dieron una probadita de que cuando se trata de competir lo importante es ganar.
En cuestión electoral, ambos partidos innovaron con las coaliciones.
Mostraron que, cuando hay voluntad, lo impensable es una total y absoluta realidad.
Porque a quién se le hubiera ocurrido apenas dos años antes que panistas y perredistas podían ser hermanos, caminar de la mano y hasta mostrarse cariño.
La búsqueda del poder unificó a dos partidos antagónicos: uno que es de derecha y otro, que presume y se asume como de izquierda.
Un presidente que, como Felipe Calderón, ha mostrado preocupación y ocupación por combatir al crimen organizado pero, también, por posicionar a su partido, Acción Nacional, rumbo al 2012.
Muchos creen que en ambos asuntos, ha sido incapaz de rendir resultados.
En la cuestión de la seguridad las cuentas están ahí. Todos las conocen y muchos son hoy quienes las sufren.
El avance social, educativo, económico parece hoy irrelevante en los asuntos públicos.
Es sabido que aún como Presidente de la República y sin ningún recato, mete la mano en las cuestiones del panismo, impulsa alianzas y, más grave que ello, utiliza el Poder Ejecutivo para intentar inclinar la voluntad popular que se manifiesta en las urnas.
Hay quien piensa que Calderón muestra estar obsesionado por impedir toda posibilidad de triunfo al Revolucionario Institucional, con Enrique Peña Nieto como principal aspirante a la candidatura para el 2012.
Y, en esos afanes, ordena vender como triunfos lo que son contundentes derrotas.
Porque quién, en su sano juicio, puede jactarse de que las coaliciones que PAN y PRD practicaron tuvieron contundentes dividendos para esos partidos políticos.
Hoy la mirada de políticos y gobernantes sigue puesta en el hoy.
Lo importante, para ellos, es ganar en 2011 Guerrero, Baja California Sur, Coahuila, Nayarit, Michoacán y la joya de la corona en que se ha convertido el Estado de México.
Poner piedras a Peña Nieto es la tarea.
Panistas, perredistas y priístas no buscan hoy como ponerse de acuerdo en asuntos que alivien o mejoren las condiciones de vida de los mexicanos. Sí, en cambio, en cómo posicionarse como partidos.
Piensan y asumen el futuro en el daño que unos y otros se puedan proferir hoy, hoy, hoy.
Se privilegia el encono y los intereses de grupos y partidos y lo electoral se torna en disputa por la nación.
En medio de ello, todo se vale: descalificación, injuria, pasar por alto principios, moral.
Es el México de los políticos y gobernantes de hoy.
¡Mañana…!
Ya podrán venir otros.
A lo mejor y hasta les interesa México. Y, si son generosos, hasta el mañana de la nación.
¡Viva el bicentenario!
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