domingo, 19 de septiembre de 2010

La Biblioteca de Arcadia, La nada como destino, propuesta literaria de Cormac McCarthy

Por Norma L. Vázquez Alanís
Un viaje alucinante hacia ninguna parte, hacia la tierra prometida, hacia el fin del mundo o hacia el principio de una nueva vida.

El camino infinito, una carretera; los personajes, un hombre y un niño... el hoy y el mañana, el presente y el futuro.

La aventura, a veces inverosímil, de dos seres humanos cuyo destino es la nada; un padre y su hijo en huida permanente, en situación precaria, es el leitmotiv de la novela ‘La Carretera’, del escritor estadounidense Cormac McCarthy.

Se trata de una narración estrujante que el lector no puede dejar fácilmente, pues quiere saber qué va a pasar con esos dos seres que parecen tan indefensos y de los cuales sabe muy poco, pero cuya situación lo mantiene en una angustia y alerta permanentes.

En 210 páginas, el autor presenta un planeta desolado, yermo, inhóspito por donde deambulan estos seres fantasmagóricos que pueden ser sobrevivientes de una catástrofe nuclear, de los estragos del cambio climático, del ataque de extraterrestres, de una horda bárbara y destructiva o del Apocalipsis.

La esencia de la narración de McCarthy es la lucha del bien contra el mal, la esperanza del renacer de la humanidad, de la resurrección del hijo con la muerte del padre enfermo, quien intenta a toda costa poner a su pequeño a salvo de los peligros que los acechan, especialmente la muerte; ambos tienen que combatir contra su peor enemigo: la desesperación.

Sin agua ni alimento, expuestos a las inclemencias de un clima frío y lluvioso, así como a catervas de individuos dispuestos a asesinar a quien cruce en su camino para robarle sus pertenencias o cometer canibalismo.

Los protagonistas -cuyos nombres nunca son revelados, quizá porque el autor pretendió significar con ello que sólo son representantes de la raza humana en medio de una tierra devastada-, recorren los restos de una red carretera a paso lento, con sigilo, buscando qué comer e implementos para hacer fogatas, llevando consigo sólo un carrito de supermercado en el cual transportan sus escasas pertenencias y que es necesario esconder cuando “acampan” para pasar la noche.

El planteamiento de la novela de McCarthy, que por cierto lo hizo acreedor al Premio Pulitzer, está lleno de enigmas y deja a la imaginación del lector los detalles que su narración no le proporciona.

En ‘La carretera’, el autor explora temas como el amor entre padres e hijos, el significado de la ética en circunstancias extremas -la actitud caritativa del niño enfrentada a la indiferencia del adulto cuando se trata de compartir lo poco que se tiene-, así como el debate entre la muerte como alternativa para acabar con el sufrimiento y el instinto de subsistencia de los seres humanos.

En esta obra (Editorial Debolsillo, abril, 2009) McCarthy maneja un lenguaje directo, incisivo e incluso podría decirse que lúgubre, con frases breves y diálogos elípticos como recurso para transmitir el efecto de desesperación y cansancio resignado que acorrala a los personajes centrales.

‘La carretera’ es una lectura recomendable tanto por su estructura narrativa, que incluye pláticas entre padre e hijo y una voz relatora de los sueños o pensamientos de los personajes centrales, como por su trama que despierta la curiosidad y también propicia la introspección analítica sobre lo que la humanidad está haciendo contra su hábitat. 
POST SCRIPTUM:

Cormac McCarthy (Rhode Island, EU, 1933) llamó la atención de la crítica internacional con su obra ‘El guardián del vergel’, que ganó el premio Faulkner a la primera novela. Por sus narraciones ambientadas en un sur estadounidense gótico, exuberante y violento, ha sido comparado con los escritores William Faulkner y Flannery O'Connor.
McCarthy vive actualmente en el norte de Santa Fe, Nuevo México, y es muy celoso de su intimidad, por lo cual rehuye entrevistas y conferencias sobre el arte de escribir. Se ha caracterizado por ser un escritor itinerante de existencia errabunda y según él mismo cuenta en la única entrevista que ha concedido en toda su vida, no leyó un solo libro hasta los 21 años. Trabaja también como guionista cinematográfico y varias d sus obras han sido adaptadas al cine.

Este autor, quien ha sido calificado por el crítico literario Harold Bloom (EU) como uno de los cuatro mayores novelistas estadounidenses de su tiempo, junto con Thomas Pynchon, Don Delillo y Phillip Roth, siente un rechazo casi patológico a hablar de su vida, su obra, o en general de literatura, no importa cuánto dinero le ofrezcan o lo mucho que lo necesite.

Otros críticos lo ubican como representante del Realismo Sucio, un movimiento literario que pretende reducir al máximo la narración para presentar un texto minimalistaen el que el contexto compartido con el lector sea lo más amplio posible.

El aspecto realista de esta corriente literariase determina por la elección de personajes y escenarios lo más comunes y habituales posible, siendo la acción de la historia, normalmente sin concesiones o reflexiones morales, el punto sucioque completa la denominación. Son autores como Raymond Carver–según los especialistas, fundamental para el desarrollo del movimiento-, Chuk Palahniuk, o Charles Bukowski,los nombres asociados a este tipo de literatura, aunque entre ellos no existiera una conciencia de grupo.

McCarthy es uno de los novelistas de culto de la literatura norteamericana actual y ha obtenido varios premios, entre los que destacan el MacArthur Fellowship, el reputado Genius Grant, el National Book (el galardón literario más importante de Estados Unidos) y el Pulitzer de novela.
Entre su obra destacan ‘El guardián del vergel’, ‘Hijo de Dios’, ‘Meridiano de sangre’, ‘No es país para viejos’ y su Trilogía de la frontera: ‘Todos los hermosos caballos’, ‘En la frontera’ y ‘Ciudades de la llanura’.

No hay comentarios:

Publicar un comentario