domingo, 6 de febrero de 2011

Concluye decada sin brujula

Poco a poco, a sólo unas horas más, termina la última página del anuario 2010. Una década más perdida. Anduvimos sin brújula, a la deriva y con incertidumbres sobre el futuro nacional, familiar e individual. Tomadas en cuenta las de 1980 y 1990, es decir, en treinta años atestiguamos el fracaso del proyecto de “globalización” inyectado a fuerzas a los países en desarrollo, con las consecuencias económicas y sociales del desmantelamiento industrial, desempleo y otras calamidades.

Tan fallida fue la “globalización”, desde su origen en el 2000, que se revirtió contra la otrora potente economía norteamericana. La golpeó tan fuerte, en 2008, con el desastre hipotecario, bancario y de su industria automotriz, que no pudo ocultar el pavoroso desempleo y la recesión, en la cual todavía se debate muy a pesar de los soñadores pronósticos de los economistas. Generó, además, elevados índices de pobreza, inestabilidad laboral, política, económica y social, y el consiguiente incremento delincuencial, en el mundo.

México, por su liga geográfica, comercial, tecnológica y migratoria padeció la “toma de la medicina amarga”, sin presentar alivio; por el contrario, aparecieron otros males mayores: ausencia de empresas, sólo changarros, informalidad, descapitalizados crónicos y, para colmo, aumento de adicciones y mafias de narcotraficantes. El fracaso provino desde el momento que la globalización ignoró y arrinconó el desarrollo social, el cual se mantuvo marginado por decreto del imperio (léase FMI y Banco Mundial) en las políticas públicas económicas de gobernantes inmaduros o simplemente sumisos.

Sabemos, por lo antes dicho, donde proceden nuestros males actuales, sin desconocer los estragos causados por el ingreso de México al GATT, en 1989, apabulló nuestro comercio exterior desde entonces, como el TLC, en 1994. Las aperturas comerciales al exterior siempre son desventajosas a nuestro país, salvo en contados productos y en algunas temporadas. Podemos regresar hasta 1973 y 76 en que los precios internacionales del petróleo hicieron aparecer él fenómeno de la inflación, cuando terminó la época del “desarrollo estabilizador” y paridad cambiaria -peso-dólar- sin fluctuaciones.

En resumen: el factor externo es un lastre, algunas veces, y una espada de Damócles, en otras, cuestión de enfoques que nuestros gobernantes nunca ven, ni sopesan ni ponderan debidamente antes de tomar una decisión, de ahí las fallas en su función pública o responsabilidad social frente al interés general de sus gobernados. Otro factor interno es el desempeño propio de cada gobierno y si apreciamos el desorden actual ocasionado por la “alternancia en el poder”; unos del PAN, otros del PRI y los anarquistas o caóticos del PRD. Aderezada con la apatía e intereses encontrados de los ciudadanos. Todo ello explica claramente el por qué estamos como estamos.

PENAS, PENITAS Y PENOTAS
Todo cambio de año viejo al nuevo año trae dicha y felicidad a los hombres y mujeres de buena voluntad, por la renovación de anhelos y oportunidades; recíprocamente se desean paz, salud y bienestar, reconciliación con familiares y amistades. Son momentos en que el espíritu se fortalece y levanta potente al ser para seguir adelante. Es un deber alcanzar propósitos en todos los ámbitos del quehacer humano. El confortamiento, el perdón y el amor afloran y se prodigan a los seres más queridos; son los sentimientos más sublimes que se expresan por doquiera, al tiempo que se olvidan los agravios.

Se acostumbra también hacer un balance o análisis de logros. En lo personal cada quien debe evaluar lo que hizo de sus acciones inconclusas, lo que no alcanzó por diversas razones, para saber cuanto avanzó, se detuvo o retrocedió. Esto es básico para reiniciar y llegar a nuevos niveles y etapas en los próximos meses.

México, en 2010, conoció de aciertos y desaciertos, avances y desafíos, y mensajes inusitados, como los de la Iglesia Católica. Por vez primera, el 12 de diciembre, el rector de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, doctor Diego Monroy, durante las tradicionales “Mañanitas” a la morenita del Tepeyac, en su homilía asentó: “el crimen organizado se desbordó, roba espacios de convivencia a los mexicanos y es más cotidiano a la población”, por lo que pidió a la Virgen Guadalupana no desamparar al país ante los hechos violentos. Vale la pena leer y releer dicha homilía.

En Guadalajara, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez lamentó el despiadado ataque armado a feligreses reunidos en la plaza pública de Tecalitlán, Jalisco, en los festejos guadalupanos a plena luz del día, donde perdieron la vida 13 personas, entre niños, jóvenes y adultos, y dejaron heridos a más de 25 inocentes.

En la Basílica de Guadalupe, el mismo domingo 12 de diciembre, a mediodía durante la Bendición de las Rosas, el Cardenal y Arzobispo Primado de México, Norberto Rivera Carrera afirmó: “La delincuencia organizada atenta contra el tejido social y cobra víctimas inocentes. En especial, los narcotraficantes han degradado la condición humana, lastiman a las familias y al pueblo, pues se han convertido en adoradores de la violencia, el crimen, el dinero y el vicio. La violencia y el crimen imperan ahora en los corazones endurecidos, como piedras, sin saber qué es la misericordia destruyen a los demás y se destruyen así mismos. Están llenos de hedonismo y de un brutal interés de dominar al otro, esclavizándolo a las adicciones. El dinero, el poder y egocentrismo los ha contaminado y sus corazones endurecidos por el crimen y la soberbia desprecian la vida humana y los ha desfigurado a ellos, por lo que no se debe permitir que desfiguren al país”.

Las voces empresariales también señalan lo nocivo de los secuestradores y narcos encubiertos, pues la industria y el comercio dejaron de invertir, aún resienten perdidas por bajas en producción y ventas, productos y servicios. “La inseguridad, la violencia y la infiltración de narco-coludidos en instituciones ya alcanzan niveles intolerables”, dijo Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana. En términos semejantes se expresaron los dirigentes de la Concamin, Canaco, Concanaco, Consejo Coordinador Empresarial y otras organizaciones afines.

Resumir lo sobresaliente en 2010 requiere de espacio y tiempo, por lo que en síntesis dejamos también constancia de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución celebrados en la capital de la república y en las entidades federativas merecen reconocimiento, respeto y consideración, particularmente los foros y obras editoriales a cargo del Senado de la República, el Gobierno Federal, Conaculta y la Iglesia Católica, que también aportó su valioso “granito de arena”.

Asociaciones de arte, cultura y deporte, profesionales, públicas y privadas, hicieron su parte con programas y actos alusivos. La modernización de equipos electrónicos, acústicos y sala principal del Palacio de las Bellas Artes es digna de encomio. La remodelación de la plaza y Monumento a la Revolución. La iluminación especial, en septiembre y noviembre en el Zócalo, destacó la arquitectura del Palacio Nacional, Catedral Metropolitana y edificios sede del Gobierno del Distrito Federal, así como los de hotelería y comercios del sector empresarial, en el ala oriente.

Asimismo, resaltaron las participaciones de elementos militares y navales el 16 de septiembre y el 20 de noviembre, en los desfiles especiales organizados por el Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México, bajo la rectoría de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina, mismas que fueron felicitadas por el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, y el pueblo de México.

La Universidad Nacional Autónoma de México celebró 100 años de vida académica, educación laica y ser elevada a nivel nacional en 1910. La autonomía la alcanzó después de cruentas batallas ideológicas y violentas iniciadas en 1929. En los festejos se escuchó en voz del rector José Narro Robles, elocuentes discursos en los que exigió el rescate social de México y exaltó la autonomía como el valor fundamental de la UNAM, sin el cual no sería la máxima casa de estudios que es. Y junto a catedráticos, estudiantes, empleados, familias y público en general entonaron el clásico “¡Goooya, Goooya, Universidad”!

Otros aspectos sobresalientes en el 2010 fue el secuestro durante siete meses del ex senador y destacado abogado, político y panista, Diego Fernández de Cevallos, a quien respetaron la vida y esto ocasionó una serie interminable de especulaciones económicas y políticas sobre su liberación. En el primer aspecto se rumoró un pago entre 10 y 50 millones de dólares, cifra que aún se desconoce al no ser precisada por el “Jefe Diego” ni su familia y abogado negociador del rescate. En el segundo aspecto queda nebuloso el motivo, objetivo o fin político del grupo que lo privó de su libertad. ¿Acaso hay tenebrosidad?
La histórica, eventual, parcial, fugaz y contradictoria “alianza política” de dos antagónicos y acérrimos enemigos políticos, los partidos PAN y PRD, acentuó más la división interna de sus agremiados respectivos, porque de cinco entidades sólo ganó en Oaxaca. La farsa electoral fue auspiciada por los dirigentes de dichos partidos, César Nava y Jesús Ortega, quienes se fulminaron ante sus consocios con su acuerdo tenebroso.

Respecto a la economía nacional, los resultados son raquíticos: elevada tasa de desempleo, 5.8 por ciento de la población económicamente activa, o sea, 2.6 millones de personas sin trabajo, en tanto la informalidad creció a 17 millones de personas; la inflación rebasó el 5.0 por ciento anual y el PIB llega a duras penas a 2.8 por ciento al cierre de este año. Lo más destacado fue la Cumbre de Negocios organizada por el Gobierno del Estado de México, en Toluca, donde prominentes hombres de las empresas nacionales e internacionales más renombradas se dieron cita a exponer sus proyectos para 2011 y coincidieron en un llamado a cumplir acuerdos y “despartidizar” la economía, hacer reformas sin cálculos político-electorales y elaborar un plan de desarrollo nacional. El anfitrión y gobernador Enrique Peña Nieto destacó el potencial económico, social y natural que tiene el país, para reiniciar una nueva etapa de desarrollo compartido, más equilibrado con la justicia social y el potencial de cada entidad.
Hasta aquí las realidades y penas, como la tragedia de 30 muertes por explosión de un oleoducto en San Martín Texmelucan, Puebla. ¡Cerramos 2010 y Felicidades en 2011!

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