martes, 17 de agosto de 2010

Libertad prestada

EN VOZ ALTA

Por: Gerardo Viloria


Libertad prestada



El sábado pasado, en un hecho inédito, reporteros, comunicólogos, locutores, fotógrafos, camarógrafos y miembros de la sociedad civil marcharon por primera vez para demandar el cese a la violencia contra reporteros que día a día se suman a las listas de desapariciones y asesinatos.

Tras una hora de marcha silenciosa, con el lema "Porque los queremos vivos, no más violencia contra los periodistas" los marchistas arribaron a la Secretaría de Gobernación, para protestar por las acciones de los delincuentes en contra de los periodistas y por la inactividad del gobierno para investigarlas.

Lo anterior se ha convertido en una tendencia. De acuerdo con cifras oficiales, tan sólo, el año pasado hubo 244 agresiones; en los últimos años se ha provocado la muerte al menos a 63 periodistas, y se ha desaparecido a otros 12.

En síntesis, podemos decir que por medio de ceses, secuestros, liquidaciones físicas y utilización de tribunales para intimidar a reporteros, la libertad de información y expresión no goza de buena salud.

Ahora bien, no obstante que el colega RAFAEL CARDONA, calificó la protesta como un ejercicio de manifestación callejera, "absolutamente inútil", podemos afirmar que el gremio periodístico había perdido la oportunidad de generar conciencia en la sociedad sobre estas agresiones y, así, elevar el riesgo para quienes las practican.

Pero aún más, ésta protesta tuvo una vital razón de ser. Todos los días del año, a todas horas, hombres y mujeres de todas las edades, de todo el país, piden que su voz se escuche, que su historia se conozca, que se sepa que la autoridad está vendida, involucrada o es ineficaz y por eso su familia está devastada por un secuestro, una violación, una hija robada, un niño apresado por los narcomenudistas, un joven adicto o un padre asesinado; que se comunique que no hay escuela para sus hijos, medicina para sus abuelas, siquiátrico para sus enfermos.

Por estos motivos algunos políticos, policías o criminales secuestran, violan, “desaparecen” o asesinan a nuestros compañeros reporteros y fotógrafos, para callar la voz de la gente, para controlar la información, para confundir a la opinión pública.

Sin embargo, nuestros compañeros salen a escuchar, a documentar la vida real, porque esa es su tarea, en la que creen con fervor profesional, con la esperanza de que su trabajo, generalmente mal pagado, provoque opinión, movilización, empatía, indignación y, en el mejor de los casos, reacciones que movilicen a la sociedad y al Estado, para que la injusticia se detenga, la persona secuestrada aparezca, las familias se reúnan, los corruptos sean juzgados, es decir, para que las cosas cambien.

Por todo lo anterior, sin lugar a dudas, puede vislumbrarse que la marcha de nuestros compañeros, no fue una protesta “absolutamente inútil”, ya que el colectivo social puede constatar que periodismo cumple con una función, la de informar, que es vital para la construcción de una sociedad participativa y crítica, así como para el buen funcionamiento de una democracia. Y que, al igual que cualquier otro miembro que forma parte de la sociedad, el periodista tiene –en el México actual- tanto la libertad como la vida prestada.

Finalmente, podemos enfatizar que la libertad de expresión es un bien social, y que el periodista es el guardián de la conciencia crítica de la colectividad, por lo que eliminar al mensajero es eliminar su mensaje.

¿Usted qué opina?



14 Agosto 2010

Imagen Politica de Mexico y del Mundo

Gerardo Viloria

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