lunes, 7 de marzo de 2011

La caravana con sombrero ajeno


Más frecuentemente de lo deseable los políticos sufren de la enfermedad del Alzheimer y también del síndrome de la Chimoltrufia, es decir que, como dicen una cosa, cambian y dicen otra.

El gobierno de Zeferino Torreblanca careció de proyecto y transcurrió dando tumbos ideológicos y políticos. Carente de ideología, adoptó prestada la que le ofreció la franquicia del Partido de la Revolución Democrática y no pudo, o no quiso, adoptar sus principios. De esa forma, llegó al momento que muchos consideran como el màs importante para cualquier gobernador, influir para la elección del candidato de su partido a sucederlo.

Apostó por el camino más complicado: devolver la gubernatura al priísmo, con un candidato que ya se consideraba en el fondo y en la forma, el Enrique Peña Nieto guerrerense: Manuel Añorve, el presidente municipal de Acapulco, recibió aparentemente todo el respaldo del gobernador Torreblanca quien por acción u omisión quedaba mejor resguardado con un gobierno priísta.

Todo esto viene a cuento por la nota publicada en El Sur de que los “dirigentes estatales del PRD recriminaron la “poca memoria y vergüenza” del grupo político del gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, que ahora pretende adjudicarse el triunfo de Angel Aguirre Rivero e interpretarlo como un voto por “la continuidad”.

“Es un triunfo de los guerrerenses quienes con su voto demandan un cambio en la forma y el fondo de gobernar, y no se puede atribuir a una administración que menospreció al partido que lo llevó al poder y que en campaña hicieron lo imposible para que no triunfara la coalición Guerrero nos Une”, coincidieron.

Los dirigentes consultados rechazaron que la elección de gobernador se haya ganado como un voto de respaldo y “continuidad” al proyecto de Zeferino Torreblanca.

El gobernador electo Angel Heladio Aguirre Rivero, lo primero que hará es deshacerse del lastre del gobierno de Torreblanca, ya que hereda un estado en descomposición política, económica y social. Sumido en la miseria, el retraso y la violencia, con gobernantes aislados del pueblo, resguardados por voluminosos y ominosos aparatos de seguridad que los “protegen” de la cercanía con el pueblo.

Como muestra, está el torneo de clavados en “la Quebrada” en donde el presidente municipal de Acapulco, Manuel Añorve, fue abucheado cuando el maestro de ceremonias anunció su presencia en el acto.

Esta claro que “fue la sabiduría del pueblo que supo diferenciar quién es quién; a ‘Z’ la historia lo ha juzgado y lo seguirá haciendo como un hombre que traicionó al pueblo”, dijo Urbano Lucas, por lo tanto, Zeferino Torreblanca y su grupo “no tienen que adjudicarse nada, el triunfo es del pueblo, el triunfo también es el castigo a Zeferino Torreblanca; la gente ubicó que con su actitud y sus cercanos a él estuvieron promoviendo a Manuel Añorve, cuando menos no los vimos en la campaña tratando de promover el voto a favor de la coalición que encabezó Ángel Aguirre, pero al final, la gente les dio el voto de rechazo y de castigo, los puso en su lugar”.

“Ahora se está presentando un fenómeno político interesante, porque los que apoyaron a Manuel Añorve ahora se dicen “aguirristas”.

Quieren hacer caravana, como bien dice el dicho, con sombrero ajeno.

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